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Notas a la carta 20

Catalunya no es una colonia, ¿o sí?


(1) Entre 1990 y 1991 se independizaron de la URSS, Estonia, Letonia, Lituania, Bielorusia, Moldavia, Ucrania, Georgia, Armenia, Azerbaïdjan, Turkmenistan, Ouzbekistan, Tadjikistan, Hirghizistan, Kazakhstan.  El mismo 1991 se produjo la declaración unilateral de independencia de Eslovenia, Croacia, Macedonia, y en 1992 la de Bosnia-Herezegovina,  todas ellas de la antigua Yugoeslavia.  Montenegro no logro su independencia hasta 2006  y Kosovo hasta 2008. También en 1991 alcanzo la independencia Nagorny-Karabakh . Osetia del Sur se independizó en 1992. Y Luganks y Donestsk lo hicieron en 2014, aunque aquí  la URSS jugó un sucio papel. Ninguna de estas naciones tenía antes de independizarse la calificación de colonia por sus respectivas metrópolis ni estaban reconocidas como tal por la ONU.  También es de resaltar que entre 1945 y 1975 se crearon un total de 93 nuevos estados en contextos que nada tenían que ver con el proceso de descolonización patrocinado por Naciones Unidas.


(3) Casi suena a broma, y en realidad parece serlo, pero lo cierto es que hay algunos historiadores que afirman que las islas de la micronesia Kapingamarangi, Nukuoro, Mapia, Rongerik i Ulithi, siguen legalmente bajo soberanía española pues no fueron incluidas en el contrato de compraventa por el que España vendió a Alemania sus posesiones en la micronesia.

(4) Ver todo esto en un excelente y muy recomendable editorial del digital “vilaweb”,

(5) Siempre hablamos de nosotros como de “una parte muy importante de la sociedad catalana” porque, en el fondo, somos demasiado buena gente y nos meremos lo que nos pasa. Fíjate que aunque somos conscientes de que desde el franquismo (y hay documentos acreditativos) se ha venido desarrollando una política de castellanización de Catalunya enviando, invitando o estimulando a venir aquí a mucha gente de otras regiones del territorio estatal que incluso se atreven ahora a decir que vinieron a “levantar” Catalunya cuando obviamente vinieron huyendo de la pobreza y de la miseria que les ofrecía su propia tierra, aunque eso es así y lo sabemos y aunque muchos de ellos y sus hijos se han integrado y algunos se sienten incluso tan identificados con el independentismo como yo mismo, lo cierto es que la mayoría siguen considerándose españoles y algunos presumen de considerarse tan catalanes como españoles dejando patente así su esquizofrenia,  aunque ello es así, repito, y lo sabemos, insisto, les consideramos a todos tan catalanes como nosotros aunque ello suponga que puedan exhibir erga omnes su cacareada mayoría que, por otra parte, no están dispuestos a certificar en un referéndum.  En todos los territorios coloniales, en todas las situaciones de sumisión, siempre hay quienes se alinean con los colonizadores y les ayudan a justificarse. Algo así sucedió durante demasiados años con Convergencia y Unió y con los autonomistas. Pues ¿qué chorrada es esa de que catalán es quien vive y trabaja en Catalunya? Eso solo puede funcionar así desde la óptica centralista y unitarista, pero jamás desde la que se pretende soberanista. Eso sólo es una estratagema de despersonalización del independentismo. Quien está en esa situación pero no se siente y quiere ser catalán con lo que ello conlleva, es un residente, pero no un catalán. Para ser catalán además del pisito y la nevera y de la fábrica y de la nómina hay que poner el corazón. O así lo veo yo.




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